El hombre que adoptó una mariposa
Navegando por la internet, me topé con este artículo en la web Veo Verde, la nota realmente me fascinó, léanla con detenimiento:
Esta historia empezó una tarde de primavera del 2009 en que Fernando Calvo, nuestro protagonista, paseaba con su novia por una plaza de Quilpué y encontraron una llamativa oruga en el sendero, de aproximadamente 7cm de largo. Como tenía un aspecto interesante, y ahí en el sendero pronto sería aplastada por un peatón o devorada por un pájaro, decidieron llevar la oruga con ellos.
Fernando no se esperaba que este acto casual desencadenaría una secuencia de acontecimientos que prácticamente cambiarían su vida.
Esta es la primera foto de la historia. La oruga en mitad del sendero, su primer encuentro.
Ella es educadora de párvulos y llevó la oruga a sus alumnos para que la conocieran. Luego de eso se la entregó a Fernando, quien le dio su primera morada en la caja de una afeitadora, en donde se sintió tan cómoda que después de unos días decidió formar un capullo y pasar a la fase crisálida o pupa.
Los meses pasaron y Fernando asumió que “Tony”, como había bautizado al ejemplar, había pasado a mejor vida. La crisálida siguió en la caja de la afeitadora en algún rincón de la habitación, hasta que vino el terremoto del 27 de febrero y la casa quedó inhabitable, así que Fernando tuvo que afrontar el ingrato trámite de empacar y embalar para mudarse a otra residencia.
Mientras embalaba tuvo que guardar la afeitadora, y en la caja de ésta encontró a la crisálida que prácticamente había olvidado. Pensó en botar el cadáver (no es prioritario en una mudanza de emergencia) pero al tocarla, éste se movió. (Es un rasgo distintivo en las pupas, que se agitan si alguien las molesta). Descubriendo con asombro que estaba viva, la llevó consigo a su nueva casa y la puso en un lugar seguro.
El 15 de abril de 2010 de la crisálida emergió un magnífico ejemplar de mariposa Polythysana cinerascens, una de las mariposas nocturnas más grandes que hay en Chile. Tony reconoció rápidamente a Fernando como su “padre” y se dejaba tomar con toda confianza. Tanta, que hasta defecó en su mano a modo de regalo (se había aguantado las ganas durante 5 meses).
Fernando pensó entonces en liberar a la mariposa, pero el caso es que ésta no demostró interés en irse. Se mantenía dentro de la habitación o salía brevemente por la ventana y volvía a entrar para descansar sobre las cortinas o algún chaleco.
Lo preocupante, para Fernando, era que Tony no parecía interesado en comer. Investigó un poco sobre la Polytshana y descubrió que sólo se alimentan de maqui, maitén y peumo. Esos árboles no se encuentran en cualquier parte, gracias al afán de los municipios de plantar plátanos orientales y Ginkgo biloba en desmedro de especies nativas, pero se las arregló para conseguir maitén y, sin embargo Tony no quiso comer.
Averiguando un poco más, hizo un segundo descubrimiento que lo llenó de tristeza: todo el género de los satúrnidos tiene su aparato digestivo atrofiado, por lo que una vez que la crisálida se torna mariposa, sobrevive sólo el tiempo que le duren las reservas que acumuló en su etapa de oruga.
Esa supervivencia es variable, pero comúnmente es poco más de una semana: lo suficiente como para reproducirse. El problema es que Tony no demostraba interés en salir, sino que quería permanecer con su “padre”. No se dejaba tomar por nadie más en la familia y con ese afán antisocial tampoco sería fácil encontrarle novia. Por suerte, la naturaleza sabe hacer su trabajo mejor que uno y las feromonas hicieron efecto.
Un día en que salió y dejó las ventanas abiertas, encontró a su regreso a cuatro mariposas revoloteando en la pieza. Una estaba apareándose con Tony y otras dos esperaban su turno revoloteando por la habitación.
Eso llevó a Fernando a hacer un nuevo descubrimiento. Investigando sobre la especie, descubrió que por la relación de tamaño y por la combinación de colores en realidad Tony era Tonya, y lo que había en la pieza eran 3 machos cortejándola.
Al día siguiente, las cortinas estaban llenas de huevitos de Polythysana, y no sólo las cortinas. Estaban adheridos en paredes y muebles, pero con cuidado Fernando los despegó y los reunió para evitar que se los llevara la aspiradora al hacer aseo.
Con el paso de los días, Tony (ahora Tonya) estaba cada vez más delgada y se movía menos. Al quinto día mientras Fernando dormía, sintió un aleteo cerca y, al encender la luz, encontró a Tony posada junto a su cara, en la almohada. Empezaban las últimas horas de vida de la mariposa. Pero dejemos que Fernando nos lo cuente con sus palabras:
Anoche estaba viendo “El Señor de los Anillos: la comunidad del anillo” en el PC (me encanta ver películas repetidas). De vez en cuando entraba a mi pieza para ver cómo estaba Tony (si sé que ustedes le dicen Toña, pero para mí quedó como Tony para siempre), que a ratos se inquietaba harto, y no era ninguna gracia que se cayera detrás de la cama ya que cuesta un mundo sacarla. Una de las veces que entré Tony voló, se dio dos vueltas en el aire, y chocó conmigo. No caché bien que pasó, ya que al chocar conmigo dejó de escucharse su aleteo. Entonces me imaginé que se había quedado pegada a mí, pero como no la veía fui al baño y me miré al espejo. Efectivamente, ahí estaba. Se había instalado en la parte alta de mi pecho, por eso no la podía ver. La miré en el espejo y noté que había escondido sus antenitas alrededor de la cabeza (antes había notado que cuando “dormía” escondía sus antenitas, lo que quiere decir que estaba tranquilita, cosa que me pareció rara ya que no se quedaba tranquila con facilidad). Bueno, dadas las circunstancias no me quedó otra que ir a ver la peli con Tony pegada a mi polera. Vi casi la hora y media que quedaba de película en compañía de Tony, hasta que se inquietó y la llevé de nuevo a la pieza.
Tony murió hoy en la mañana, a eso de las 8:00. Estuvo toda la noche agonizando. Se retorcía mucho, como si estuviera asfixiándose. Se retorcía, a ratos tiritaba mucho, después se quedaba quieta. Y así toda la noche. Dormí poco, y lo poco que dormí fue en posiciones incómodas para no aplastar a Tony, que parecía estar menos inquieta cuando estaba en mi mano, en mi brazo o en mi pecho. Traté de acompañarla todo lo que pude -como si eso significara algo-, y de vez en cuando le hacía cariñito en la cabeza con mucho cuidado, pensando ingenuamente que de algo le servía. Ahora está ahí, sobre mi velador. Tranquilita, sin molestar a nadie… bueno, en realidad nunca molestó a nadie. La diferencia es que ahora no abre las alas si le toco la cabecita y no le echa la choreada a mi gata si se le acerca; sólo está.
Siento que algo cambió en mí, aún no sé bien qué, pero algo cambió. ¿Puede algo tan pequeño -e insignificante para muchos- provocar algo así? ¿Puede un simple insecto enseñarte cosas? Creo que estoy descubriendo que sí. De partida, yo me consideraba anti-cursilerías, y al parecer ahora estoy siendo la persona más cursi del universo.
Fernando enterró a Tony en el patio y se concentró en cuidar los huevitos, que fueon pasando de blancos a un tono marrón que indicaba que una oruga tomaba forma dentro de ellos. Al mismo tiempo, empezó una campaña en el foro de CHW para conseguirle dueños a esos 80 huevitos, ofreciendo enviarlos por encomienda y asistencia personalizada para la crianza óptima de las orugas (mal que mal, no es tan complejo, sólo hay que tener paciencia). Para asegurar que la descendencia de Tony pudiera completar su ciclo de vida en condiciones protegidas.
Algunos aceptaron la encomienda. La crianza de Polythysanas estaba en marcha. Casi dos meses después, el 15 de junio, los huevitos que le quedaban (varias decenas) eclosionaron, y en pocas horas las oruguitas ya estaban plenamente activas y comiendo maitén fresco.
El desafío era llevarlas a salvo a través de su ciclo vital, ya que estas orugas tienen una alta tasa de mortalidad y el 75% no llega a la edad adulta. En esta etapa son pequeñas y otros insectos se las comen.
De hecho, Fernando cuenta que encontró una larva de otro insecto comiéndose a una oruguita, así que la sacó con viento fresco. En la semana que siguió, se registraron muchas “bajas”. Fernando escribía en el foro:
Estos últimos días han sido fatales para las orugas. De las aproximadamente 70-80 que habían en un principio deben quedar unas 30. Comenzando la semana fueron muriendo unas pocas, y luego fue como OMG, cada vez que me iba y después volvía a ver la caja habían 2 o 3 orugas muertas más. De todas formas, todas las que murieron estaban prácticamente del mismo tamaño que cuando nacieron, así que asumo que no pudieron adaptarse o simplemente no comieron, por eso murieron.
En el lado positivo del tema, las orugas que han sobrevivido han crecido bien, de hecho, hay algunos monstruos que tienen el doble de largo y el doble de diámetro que tenían cuando nacieron, así que asumo que pronto mudarán el exoesqueleto y pasarán a su segundo estadio (que es algo así como una evolución pokemon o como cuando Gokú se convierte en Súper Saiyajin nivel 1).
De todos los “tonitos” el único que recibió nombre en esta etapa fue “Chewbacca” la oruga más peluda de toda la camada.
Lamentablemente Chewbacca fue uno de los que no sobrevivió a esta etapa de su desarrollo. El tiempo pasó y el 15 de julio, cuando las orugas cumplieron su primer mes de vida, algunas empezaron a pasar al estadio 2.
Hoy día me dispuse a limpiar la caca de los tonis (no es asquerosa porsiaca, es como arenita negra) cuando de repente vi algo raro entre la caca. Me acerco a mirar con detención y eran 2 “carcasas” de cabezas de tony!!! Eso sólo quería decir una cosa: que 2 tonis ya habían cambiado de estadio (o “evolucionado”, o “se habían convertido en SSJ”, como prefieran), y no me había dado cuenta. Entonces inspeccioné a cada uno de los tonis con detención y efectivamente, hay 2 que evolucionaron!
En la imagen siguiente se puede ver el tamaño relativo de un Tony nivel 2.
Tuvo que pasar otro mes y a mediados de agosto, algunos Tonys empezaron a pasar al tercer estadio. La siguiente imagen muestra el primer Tony nivel 3.
En las semanas que siguieron, los Tonys nivel 3 siguieron creciendo con una que otra anécdota.
Estaba cocinando un queque para una tía que está de cumpleaños y de repente viene mi mamá por detrás y me dice “quédate quieto”. Al principio pensé que tenía la media araña de rincón en la espalda jajaja, pero llega mi mamá, agarra lo que tenía en la espalda y me lo muestra: era un tony
De verdad aún estoy tratando de pensar en una explicación lógica para eso… El chaleco que tengo puesto es el que uso de pijama, o sea, dormí con él puesto, y el último contacto que tuve con ellos fue la noche anterior cuando los cambié de hojitas porque estaban muy viejas las que tenían.
Lo único que se me ocurre es que en ese momento se me pegó al chaleco (no me lo he sacado desde anoche), pero me parece inverosímil que no lo haya aplastado durante la noche o ahora en la mañana.
Las orugas siguieron creciendo. La siguiente es una imagen del 10 de agosto:
Y la siguiente, del 1 de septiembre:
El 10 de septiembre la primera oruga pasó al 5to estadio, entrando en una fase final en donde su cabeza y mandíbula se agrandan para comer a raudales y llegar al estado crisálida con hartas reservas de energía.
Quedaban 22 orugas. Algunas estaban comiendo como bestias mientras que otras no tenían tan buen pasar:
A la más grande la tome y la dejé en una ramita, me fui como por dos horas al PC, y cuando volví la ramita ya no estaba. Come como bestia, con razón ha crecido tanto! Pero hay otra medio enfermita… cuando mudó al cuarto estadio parece que no se le desarrolló completamente la mandíbula, y un día viéndola comer me di cuenta que mordía y mordía, y por más que se esforzaba no podía sacarle pedazos a la hoja, me dio mucha pena. Entonces la tengo separada en un taper chico, y le pico la hoja de maitén lo más chiquitita posible para que coma, pero la verdad no veo que coma mucho… yo creo que esa va a morir pronto
Y así sucedió pocos días después. Pero el resto siguió progresando en el quinto estadio y a fines de septiembre Fernando estimaba que tenían la edad y el tamaño para empezar a pupar.
Investigando un poco más sobre la Polythysana (a estas alturas ya se había hecho un experto en la especie) averigüó que al pupar la cuncuna se aleja de su fuente de alimentación, por lo que intuyó que podía terminar con la casa llena de crisálidas en lugares desconocidos y se preparó para no dejarlas ir muy lejos en pro de su preservación. Después de casi un año de recoger a Tony, dejarlos reptar a su suerte en un sector urbano es mucho pedir. En otras palabras, la oruga pasa toda su vida cerca de un maitén (por ejemplo) pero no hace la pupa en el maitén mismo sino que se aleja de él. El 5 de octubre fue el día D.
Desde anoche que un Tony se empezó a comportar raro. Primero lo encontré en el piso en la mitad del pasillo fuera de mi pieza (de puro milagro no lo pisé), es decir, se tiro guarda abajo desde las ramas. Obviamente lo recogí y lo dejé en las ramitas, pero noté que andaba inusualmente inquieto.
Hoy en la mañana cuando desperté veo que es el único que aún se está moviendo (cuando sale el sol se pegan a la rama y se quedan inmóviles), y tenía todas las ramitas alrededor suyo con seda. Eso podía decir una sola cosa: que está preparándose para pupar. Como las ramas donde estaba intentando tejer el capullo eran muy irregulares, lo tomé y lo puse en una caja. Lo dejé unas cuantas horas ahí, y ahora fui a mirar y efectivamente está tejiendo su mallita. Mañana cuando esté más avanzado su trabajo voy a sacarle unas fotitos.
La “mallita” tal como dice Fernando, es el recubrimiento de la crisálida. Se secreta en forma líquida a través de unas glándulas, y al contacto con el aire se va endureciendo hasta formar un tejido no muy denso pero sí resistente. El proceso de elaboración del capullo puede tomar hasta tres días. Aunque él intentó hacerlas formar capullo en un mismo lugar vigilado, al final terminaron habiendo pupas en toda la habitación, bajo la cama y en las cortinas:
Según nos describe Fernando, el proceso de formación del capullo lo lleva a cabo la oruga describiendo una especie de “ocho” con la cabeza y contorsionándose en un ritual que avanza sumamente lento, como pueden ver en el siguiente video:
El hombre que adoptó una mariposa
Esta historia empezó una tarde de primavera del 2009 en que Fernando Calvo, nuestro protagonista, paseaba con su novia por una plaza de Quilpué y encontraron una llamativa oruga en el sendero, de aproximadamente 7cm de largo. Como tenía un aspecto interesante, y ahí en el sendero pronto sería aplastada por un peatón o devorada por un pájaro, decidieron llevar la oruga con ellos.
Fernando no se esperaba que este acto casual desencadenaría una secuencia de acontecimientos que prácticamente cambiarían su vida.
Esta es la primera foto de la historia. La oruga en mitad del sendero, su primer encuentro.
Ella es educadora de párvulos y llevó la oruga a sus alumnos para que la conocieran. Luego de eso se la entregó a Fernando, quien le dio su primera morada en la caja de una afeitadora, en donde se sintió tan cómoda que después de unos días decidió formar un capullo y pasar a la fase crisálida o pupa.
Los meses pasaron y Fernando asumió que “Tony”, como había bautizado al ejemplar, había pasado a mejor vida. La crisálida siguió en la caja de la afeitadora en algún rincón de la habitación, hasta que vino el terremoto del 27 de febrero y la casa quedó inhabitable, así que Fernando tuvo que afrontar el ingrato trámite de empacar y embalar para mudarse a otra residencia.
Mientras embalaba tuvo que guardar la afeitadora, y en la caja de ésta encontró a la crisálida que prácticamente había olvidado. Pensó en botar el cadáver (no es prioritario en una mudanza de emergencia) pero al tocarla, éste se movió. (Es un rasgo distintivo en las pupas, que se agitan si alguien las molesta). Descubriendo con asombro que estaba viva, la llevó consigo a su nueva casa y la puso en un lugar seguro.
El 15 de abril de 2010 de la crisálida emergió un magnífico ejemplar de mariposa Polythysana cinerascens, una de las mariposas nocturnas más grandes que hay en Chile. Tony reconoció rápidamente a Fernando como su “padre” y se dejaba tomar con toda confianza. Tanta, que hasta defecó en su mano a modo de regalo (se había aguantado las ganas durante 5 meses).
Fernando pensó entonces en liberar a la mariposa, pero el caso es que ésta no demostró interés en irse. Se mantenía dentro de la habitación o salía brevemente por la ventana y volvía a entrar para descansar sobre las cortinas o algún chaleco.
Lo preocupante, para Fernando, era que Tony no parecía interesado en comer. Investigó un poco sobre la Polytshana y descubrió que sólo se alimentan de maqui, maitén y peumo. Esos árboles no se encuentran en cualquier parte, gracias al afán de los municipios de plantar plátanos orientales y Ginkgo biloba en desmedro de especies nativas, pero se las arregló para conseguir maitén y, sin embargo Tony no quiso comer.
Averiguando un poco más, hizo un segundo descubrimiento que lo llenó de tristeza: todo el género de los satúrnidos tiene su aparato digestivo atrofiado, por lo que una vez que la crisálida se torna mariposa, sobrevive sólo el tiempo que le duren las reservas que acumuló en su etapa de oruga.
Esa supervivencia es variable, pero comúnmente es poco más de una semana: lo suficiente como para reproducirse. El problema es que Tony no demostraba interés en salir, sino que quería permanecer con su “padre”. No se dejaba tomar por nadie más en la familia y con ese afán antisocial tampoco sería fácil encontrarle novia. Por suerte, la naturaleza sabe hacer su trabajo mejor que uno y las feromonas hicieron efecto.
Un día en que salió y dejó las ventanas abiertas, encontró a su regreso a cuatro mariposas revoloteando en la pieza. Una estaba apareándose con Tony y otras dos esperaban su turno revoloteando por la habitación.
Eso llevó a Fernando a hacer un nuevo descubrimiento. Investigando sobre la especie, descubrió que por la relación de tamaño y por la combinación de colores en realidad Tony era Tonya, y lo que había en la pieza eran 3 machos cortejándola.
Al día siguiente, las cortinas estaban llenas de huevitos de Polythysana, y no sólo las cortinas. Estaban adheridos en paredes y muebles, pero con cuidado Fernando los despegó y los reunió para evitar que se los llevara la aspiradora al hacer aseo.
Con el paso de los días, Tony (ahora Tonya) estaba cada vez más delgada y se movía menos. Al quinto día mientras Fernando dormía, sintió un aleteo cerca y, al encender la luz, encontró a Tony posada junto a su cara, en la almohada. Empezaban las últimas horas de vida de la mariposa. Pero dejemos que Fernando nos lo cuente con sus palabras:
Anoche estaba viendo “El Señor de los Anillos: la comunidad del anillo” en el PC (me encanta ver películas repetidas). De vez en cuando entraba a mi pieza para ver cómo estaba Tony (si sé que ustedes le dicen Toña, pero para mí quedó como Tony para siempre), que a ratos se inquietaba harto, y no era ninguna gracia que se cayera detrás de la cama ya que cuesta un mundo sacarla. Una de las veces que entré Tony voló, se dio dos vueltas en el aire, y chocó conmigo. No caché bien que pasó, ya que al chocar conmigo dejó de escucharse su aleteo. Entonces me imaginé que se había quedado pegada a mí, pero como no la veía fui al baño y me miré al espejo. Efectivamente, ahí estaba. Se había instalado en la parte alta de mi pecho, por eso no la podía ver. La miré en el espejo y noté que había escondido sus antenitas alrededor de la cabeza (antes había notado que cuando “dormía” escondía sus antenitas, lo que quiere decir que estaba tranquilita, cosa que me pareció rara ya que no se quedaba tranquila con facilidad). Bueno, dadas las circunstancias no me quedó otra que ir a ver la peli con Tony pegada a mi polera. Vi casi la hora y media que quedaba de película en compañía de Tony, hasta que se inquietó y la llevé de nuevo a la pieza.
Tony murió hoy en la mañana, a eso de las 8:00. Estuvo toda la noche agonizando. Se retorcía mucho, como si estuviera asfixiándose. Se retorcía, a ratos tiritaba mucho, después se quedaba quieta. Y así toda la noche. Dormí poco, y lo poco que dormí fue en posiciones incómodas para no aplastar a Tony, que parecía estar menos inquieta cuando estaba en mi mano, en mi brazo o en mi pecho. Traté de acompañarla todo lo que pude -como si eso significara algo-, y de vez en cuando le hacía cariñito en la cabeza con mucho cuidado, pensando ingenuamente que de algo le servía. Ahora está ahí, sobre mi velador. Tranquilita, sin molestar a nadie… bueno, en realidad nunca molestó a nadie. La diferencia es que ahora no abre las alas si le toco la cabecita y no le echa la choreada a mi gata si se le acerca; sólo está.
Siento que algo cambió en mí, aún no sé bien qué, pero algo cambió. ¿Puede algo tan pequeño -e insignificante para muchos- provocar algo así? ¿Puede un simple insecto enseñarte cosas? Creo que estoy descubriendo que sí. De partida, yo me consideraba anti-cursilerías, y al parecer ahora estoy siendo la persona más cursi del universo.
Fernando enterró a Tony en el patio y se concentró en cuidar los huevitos, que fueon pasando de blancos a un tono marrón que indicaba que una oruga tomaba forma dentro de ellos. Al mismo tiempo, empezó una campaña en el foro de CHW para conseguirle dueños a esos 80 huevitos, ofreciendo enviarlos por encomienda y asistencia personalizada para la crianza óptima de las orugas (mal que mal, no es tan complejo, sólo hay que tener paciencia). Para asegurar que la descendencia de Tony pudiera completar su ciclo de vida en condiciones protegidas.
Algunos aceptaron la encomienda. La crianza de Polythysanas estaba en marcha. Casi dos meses después, el 15 de junio, los huevitos que le quedaban (varias decenas) eclosionaron, y en pocas horas las oruguitas ya estaban plenamente activas y comiendo maitén fresco.
El desafío era llevarlas a salvo a través de su ciclo vital, ya que estas orugas tienen una alta tasa de mortalidad y el 75% no llega a la edad adulta. En esta etapa son pequeñas y otros insectos se las comen.
De hecho, Fernando cuenta que encontró una larva de otro insecto comiéndose a una oruguita, así que la sacó con viento fresco. En la semana que siguió, se registraron muchas “bajas”. Fernando escribía en el foro:
Estos últimos días han sido fatales para las orugas. De las aproximadamente 70-80 que habían en un principio deben quedar unas 30. Comenzando la semana fueron muriendo unas pocas, y luego fue como OMG, cada vez que me iba y después volvía a ver la caja habían 2 o 3 orugas muertas más. De todas formas, todas las que murieron estaban prácticamente del mismo tamaño que cuando nacieron, así que asumo que no pudieron adaptarse o simplemente no comieron, por eso murieron.
En el lado positivo del tema, las orugas que han sobrevivido han crecido bien, de hecho, hay algunos monstruos que tienen el doble de largo y el doble de diámetro que tenían cuando nacieron, así que asumo que pronto mudarán el exoesqueleto y pasarán a su segundo estadio (que es algo así como una evolución pokemon o como cuando Gokú se convierte en Súper Saiyajin nivel 1).
De todos los “tonitos” el único que recibió nombre en esta etapa fue “Chewbacca” la oruga más peluda de toda la camada.
Lamentablemente Chewbacca fue uno de los que no sobrevivió a esta etapa de su desarrollo. El tiempo pasó y el 15 de julio, cuando las orugas cumplieron su primer mes de vida, algunas empezaron a pasar al estadio 2.
Hoy día me dispuse a limpiar la caca de los tonis (no es asquerosa porsiaca, es como arenita negra) cuando de repente vi algo raro entre la caca. Me acerco a mirar con detención y eran 2 “carcasas” de cabezas de tony!!! Eso sólo quería decir una cosa: que 2 tonis ya habían cambiado de estadio (o “evolucionado”, o “se habían convertido en SSJ”, como prefieran), y no me había dado cuenta. Entonces inspeccioné a cada uno de los tonis con detención y efectivamente, hay 2 que evolucionaron!
En la imagen siguiente se puede ver el tamaño relativo de un Tony nivel 2.
Tuvo que pasar otro mes y a mediados de agosto, algunos Tonys empezaron a pasar al tercer estadio. La siguiente imagen muestra el primer Tony nivel 3.
En las semanas que siguieron, los Tonys nivel 3 siguieron creciendo con una que otra anécdota.
Estaba cocinando un queque para una tía que está de cumpleaños y de repente viene mi mamá por detrás y me dice “quédate quieto”. Al principio pensé que tenía la media araña de rincón en la espalda jajaja, pero llega mi mamá, agarra lo que tenía en la espalda y me lo muestra: era un tony
De verdad aún estoy tratando de pensar en una explicación lógica para eso… El chaleco que tengo puesto es el que uso de pijama, o sea, dormí con él puesto, y el último contacto que tuve con ellos fue la noche anterior cuando los cambié de hojitas porque estaban muy viejas las que tenían.
Lo único que se me ocurre es que en ese momento se me pegó al chaleco (no me lo he sacado desde anoche), pero me parece inverosímil que no lo haya aplastado durante la noche o ahora en la mañana.
Las orugas siguieron creciendo. La siguiente es una imagen del 10 de agosto:
Y la siguiente, del 1 de septiembre:
El 10 de septiembre la primera oruga pasó al 5to estadio, entrando en una fase final en donde su cabeza y mandíbula se agrandan para comer a raudales y llegar al estado crisálida con hartas reservas de energía.
Quedaban 22 orugas. Algunas estaban comiendo como bestias mientras que otras no tenían tan buen pasar:
A la más grande la tome y la dejé en una ramita, me fui como por dos horas al PC, y cuando volví la ramita ya no estaba. Come como bestia, con razón ha crecido tanto! Pero hay otra medio enfermita… cuando mudó al cuarto estadio parece que no se le desarrolló completamente la mandíbula, y un día viéndola comer me di cuenta que mordía y mordía, y por más que se esforzaba no podía sacarle pedazos a la hoja, me dio mucha pena. Entonces la tengo separada en un taper chico, y le pico la hoja de maitén lo más chiquitita posible para que coma, pero la verdad no veo que coma mucho… yo creo que esa va a morir pronto
Y así sucedió pocos días después. Pero el resto siguió progresando en el quinto estadio y a fines de septiembre Fernando estimaba que tenían la edad y el tamaño para empezar a pupar.
Para el 19 de octubre ya algunos habían completado su paso al estado de pupa y Fernando empezó a recolectar los que estaban en lugares de mayor riesgo, para almacenarlos en un lugar seguro. En la siguiente foto se nota la diferencia de tamaño entre la hembra (izquierda) y el macho (derecha).
Actualmente, Fernando ha recolectado 17 pupas que guarda en lugar seguro: 10 hembras y 7 machos. Hay un Tony perdido que debe haber hecho pupa en un lugar demasiado recóndito para hallarlo, al menos por ahora.
Ahora qué falta? Esperar unos 5 meses a que salgan las mariposas y el ciclo vuelva a comenzar. Y hasta entonces, además de haberse convertido en un experto en la Polythysana, Fernando logró que muchos lectores del foro CHW se interesaran por un tema maravilloso que muchas veces pasa desapercibido.
Cuando hice este thread recuerdo que me planteé que si lograba que una sola persona cambiara su visión con respecto a los insectos, aunque fuera un poquito, me iba a considerar satisfecho. Al parecer veo que así fue.
Y su novia, la que inició la historia al recoger la oruga? También tiene una reflexión.
Yo le tenía miedo a las orugas…(bueno a varios insectos en general) y cuando me encontré a Tony (yo soy la culpable ) la metí en una cajita y después de tenerla en mi sala (soy Educadora de párvulos) y luego de mostrársela a mis niños, decidí llamar a la mejor persona para cuidarla al cual ustedes conocen muy bien, al igual que la historia que vino después, hasta el día de hoy.
Lo único que puedo decir es que ahora no solo NO le tengo miedo a las orugas, sino que las encuentro lejos los insectos más lindos, maravillosos y tiernos del mundo, y que de alguna forma esta historia ha sido una gran aventura que no sólo ha cambiado a Fernando sino a todos los que estamos alrededor.
Lo único triste para mi, es que ahora todas se están haciendo pupa y prefiero mil veces las orugas a las mariposas nocturnas…
Esperaré ansiosa a las nuevas oruguitas Tony que vendrán una y otra vez!!
Nosotros mientras tanto, esperamos ansiosos a conocer el pequeño ejército de mariposas que viene en camino, y felicitamos a Fernando Calvo por esta maravillosa historia, por su paciencia y por habernos mostrado el maravilloso mundo de las mariposas nocturnas Polythysana cinerascens.
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Realmente encuentro que historias como estas son pocas y, hay que difundirlas de la forma que sea.
A veces «la superioridad» que nos impregna el hecho de creer que somos los «reyes de la cadena alimenticia» y de ser los «seres vivos con raciocinio» nos hace olvidar de que vivimos rodeados en un ecosistema que, no solo nos brinda el lugar donde vivimos, sino que también nos da lecciones de amor como la que acabamos de leer en la historia de Fernando y su mariposa.
Ojala cada uno de nosotros pudiera repetir el gesto que él hizo, no solo con una oruga, sino que con todos quienes nos rodean, indistinto de su condición.
La nota fue escrita por Felipe Figueroa, así que todas las loas para él.
Enhorabuena por el artículo, y la especie de oruga también es muy bella. Yo también crío gusanos de seda y entiendo la satisfacción que da el criar una especie tan frágil y bella. Un saludo!
me emocionaste de verdad,gracias