Los niños con perro tienen 50% menos de posibilidades de ser obesos

Para María José Vélez, médico veterinario, tener una mascota en el hogar proporciona muchos beneficios a los niños. El contacto con mascotas les permite desarrollar su expresión de afecto a través de las caricias, fortaleciendo así su capacidad de demostrar afecto en la niñez y más tarde como adultos.

Otro aspecto relevante, es que adoptar una mascota desarrolla la responsabilidad, pues dependiendo de su edad, el niño comienza a asumir tareas para la buena mantención del animal. Si es un niño muy pequeño, la mamá le puede avisar que es hora de alimentar al animal y hacer que el niño ponga el plato. Si es mayor, los padres pueden dar al niño la responsabilidad de alimentar a la mascota cada cierta hora, darle agua fresca, cepillarlo y jugar.

Contar con una mascota, permite a los padres apartar a sus hijos del sedentarismo que representa ver televisión o jugar en el computador durante largas horas del día. Tener una mascota incita al niño a jugar con ella, correr, sacarla a pasear y estar en contacto con la naturaleza, lo que además redundará en que disminuyan las probabilidades de ser obeso. Según algunos estudios, los niños que tienen un perro en el hogar, tienen 50% menos de posibilidades de ser obesos o de tener sobrepeso comparados con aquellos que no tienen un perro en casa (U. de Deakin en Australia).

Para elegir la raza adecuada hay que tener en cuenta su temperamento, reactividad y agresividad. También hay que considerar la edad de los niños y el espacio en que habitamos.

Para la especialista el temperamento de un perro es en un 20% genético y en un 80% influido por el factor ambiental y la tenencia responsable que tengamos. Hay perros con temperamentos más irritables o agresivos. “Si tenemos niños, debemos considerar la reactividad de la raza, es decir, si reacciona inmediatamente ante un estímulo o no. Entre las razas de perros con baja reactividad, o sea, que pueden tolerar más algún tipo de juego infantil como el tirarle la cola o las orejas, están el Labrador, Bóxer y Golden Retriever. En cambio, hay otras razas con temperamento más irritable, como Poodle, Cocker Spaniel, Pekinés y Yorkshire”, destaca Vélez.

Una tenencia responsable parte por considerar que cuando adoptemos un perro debemos proyectar nuestra vida por los próximos 15 años con el animal, edad que puede llegar a vivir. En este sentido, hay que considerar las visitas periódicas a un Médico Veterinario para chequear la salud de la mascota, las vacunas que se deben administrar, una alimentación variada compuesta por nutrientes que fortalezcan su salud y accesorios que hagan su calidad de vida lo más placentera posible.

Hoy en día la mascota es un integrante más de la familia, muchos dueños lo consideran un hijo y por eso lo visten como si fuera uno de ellos y les administran alimento y vitaminas para protegerlos de las enfermedades, indica la profesional.

lasegunda.com

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